La
estilística estudia las particularidades y regularidades del funcionamiento del
idioma en las diferentes variedades del habla, las que se corresponden con
determinadas esferas de la comunicación y de la actividad del hombre. En esta
concepción, el elemento esencial es la intención, la finalidad concreta, la
función de la comunicación. Y este elemento se encuentra determinado por el
complejo de condiciones en que se efectúa la comunicación, entre las que
podemos identificar claramente: el contenido del enunciado, la situación, la
actitud del hablante hacia la realidad y hacia sus interlocutores.
La
competencia estilística es el complemento indispensable de la competencia
pragmática, puesto que la competencia estilística se manifiesta en esa
capacidad para saber cómo decir algo, cuál es la manera más eficaz de conseguir
la finalidad propuesta. Las actitudes estilísticas del hablante hacia su interlocutor
como la cortesía, la amabilidad, la paciencia, el enfado, la displicencia son
determinantes en la estructuración de los enunciados.
La estilística es un campo de la lingüística que estudia el uso artístico o estético del lenguaje en las
obras literarias y en la lengua común, en sus formas individuales y colectivas.
Analiza todos los elementos de una obra o del lenguaje
hablado, el efecto que el escritor o hablante desea comunicar al lector o
receptor del discurso hablado y los términos, giros o estructuras complejas que
hacen más o menos eficaces esos efectos. Intenta establecer principios capaces
de explicar los motivos que llevan a un individuo o a un grupo social a
seleccionar expresiones particulares en su uso del
lenguaje, la socialización de esos usos y la producción y
recepción de significados. Comprende la crítica literaria y el análisis del
discurso crítico.
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